Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

NUESTRA CAÓTICA SITUACIÓN DE INFORMALIDAD

El pasado día 27 la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe lanzó en Lima un nuevo programa regional de “Promoción de la Formalización” (FORLAC), destinado a impulsar estrategias de formalización. En dicho acto la directora general y regional de la OIT, Elizabeth Tinoco, y el especialista José Chacaltana, manifestaron que en el Perú, de 12 millones de trabajadores, más de 8 millones (68.8%) son informales, y peor aún, que somos el 2° país en la región con más informales después de Honduras (70.7%).

Lo cierto es que el gobierno no le ha dado la atención debida a esta grave situación. De 4 millones de empresas existentes en el país, solo 1.4 millones (35%) están debidamente formalizadas, y 60% de nuestra producción proviene de empresas informales.

A pesar de ello el presidente Humala en su último mensaje a la Nación mencionó solo una vez la palabra informalidad (hablando del tema tributario), y asimismo, los ministros de Economía, Producción y Trabajo, poco o nada han hecho, aun cuando para impulsar la productividad y competitividad del país es fundamental reducir los altísimos niveles de informalidad, ya que ésta obstaculiza el progreso y compromete las instituciones y la gobernabilidad democrática.
  
Algunos ejemplos describen nuestra caótica situación:

1) 600 estaciones de radio operan ilegalmente en el país;
2) 300 imprentas trabajan sin licencia en el centro de Lima;
3) Hay 3 mil consultorios dentales informales solo en Lima;
4) De 411 mil trabajadores textiles, 312 mil (76%) son informales;
5) En agricultura hay 52% de trabajadores informales;
6) 50 mil viviendas son construidas anualmente sin licencia;
7) A nivel nacional 100 mil personas trabajan informalmente en el transporte de pasajeros y carga;
8) Hay 100 mil mineros ilegales y 400 mil empleos informales vinculados.

Bajo este panorama millones de peruanos se encuentran excluidos del crecimiento económico apresados en empleos informales de precaria calidad, con ingresos bajísimos y deleznables, sin perspectivas, derechos, ni protección social.

El gobierno para reducir la informalidad debería incentivar y apoyar la formalización gradual de las micro, pequeñas y medianas empresas ya que de 2 millones de unidades empresariales del país estas cubren el 99.6%; además, generar empleo de calidad, mejorar la educación, la formación del capital humano y promover el alicaído desarrollo tecnológico e innovación en el país.

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 7 de setiembre de 2013

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