Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

LA CARA MÁS DESTRUCTIVA DE LA MINERÍA ILEGAL




Es realmente incalculable el daño y destrucción que ocasiona la minería ilegal fluvial en nuestra Amazonía por extracción de oro aluvial, arrasa y contamina los ríos envenenando la cadena alimentaria, afectando la fauna acuática, el medio ambiente y la salud de pobladores de 70 comunidades indígenas. La ley 30057 prohíbe la minería ilegal por tratarse de un grave problema, especialmente en la Amazonía; el Decreto Legislativo 1100 prohíbe en todos los cursos de agua como ríos y lagunas, el uso de maquinarias, dragas, balsas o tracas, además, la ley 29338 de recursos hídricos dispone que el acceso al agua (ríos y afluentes desde su origen natural), es prioritario sobre cualquier uso para la persona humana y deben ser administrados en armonía con el bien común y la protección ambiental, sin embargo, dicha normativa no se cumple en absoluto.  

 

Los mineros ilegales, con dragas y bombas succionadoras, extraen sedimentos que tratan con mercurio quemando la mezcla para separar las partículas de oro, siendo arrojado al río como metilmercurio (MeHg), elemento altamente tóxico (según datos del Minam, por cada kilogramo de oro extraído usan 2.8 kilogramos de mercurio) afectando los peces que son consumidos por pobladores que dependen de este recurso alimenticio, además, los altos niveles de sedimentos que provocan las bombas de succión alteran los cursos de los ríos y enturbian y perjudican la calidad del agua utilizada para su subsistencia. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que la toxicidad producida por el metilmercurio deteriora el desarrollo cognitivo ocasionando alteraciones neuromusculares y neurológicas, especialmente en los niños. Según informe de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS), entre los ríos más afectados están: Madre de Dios, Inambari, Malinowski, Pariamanu (región Madre de Dios), Pachitea, Yuyapichis (región Ucayali), Marañón, Cenepa, Napo, Nanay, Santiago, Mazán (región Loreto). 

 

Bajo este panorama, aunque la Marina de Guerra, a través de las Capitanías de Puerto, en coordinación con la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental, hace denodados esfuerzos realizando continuos operativos contra la minería ilegal en distintos ríos de nuestra Amazonía, sin embargo, no es suficiente, le corresponde al gobierno implementar una estrategia integral que incluya la trazabilidad del camino del oro, incrementar recursos y personal con sistemas de alarmas tempranas y tecnologías de monitoreo para mejorar y agilizar el control y fiscalización de los ríos afectados, eliminar concesiones mineras que se superpongan con los ríos, además, brindar apoyo técnico y recursos a las comunidades indígenas para que participen, en sus territorios, en la lucha contra la minería ilegal, mantener estricto control sobre la cadena de suministros y venta de mercurio y gasolina a los mineros ilegales, e imponer sanciones penales muy severas por contaminación de ríos u otros cuerpos de agua.

 

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 30 de agosto de 2025

  

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