El
pasado día 8, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)
presentó el informe “Evaluación de la Pobreza Monetaria 2015-2024” empleando un
enfoque monetario, considerando “pobre” a cualquier persona cuyo gasto en
dinero no supera los S/ 454.00 mensuales (S/ 15.13 diarios) como costo
de una canasta básica de consumo de alimentos y otros bienes y servicios, esta situación
alcanzó a 9’395,000 peruanos (27.6%), y aunque se redujo mínimamente
respecto a 2023 (-0.2%), según el IPE, si seguimos creciendo al 3%, vamos
a tardar hasta 20 años para regresar a la pobreza que teníamos en 2019 (20.2%),
equivalente a 6’300,000 pobres.
Como
“pobres extremos”, son considerados cuyos gastos, solo en alimentos, no superan
S/ 256.00 mensuales (S/ 8.53 diarios), esta situación alcanzó a
1’872,000 (5.5%), es alarmante que se mantengan éstos elevados índices, recrudeciendo
en el ámbito rural (sierra y selva) y en el resto urbano, y, además, ha sobrepasado
proporcionalmente a la pobreza total.
Es
igualmente preocupante el aumento de “vulnerabilidad monetaria” en costa,
sierra y selva, afectando más de 10 millones de peruanos (31.8%), se
refiere a aquellos que les alcanza mínimamente para cubrir una canasta básica,
pero se encuentran en riesgo a caer en pobreza por cualquier cambio
desfavorable en su economía. La medición de pobreza monetaria es tan frágil que
un “pobre” o “pobre extremo” que aumente su capacidad de gasto en unos soles
más del umbral de S/ 454.00 o S/ 256.00, respectivamente, cambia
inmediatamente de condición de pobreza.
El
31 de diciembre 2024, el Gobierno publicó el DS 014-2024-MIDIS para que este
Ministerio establezca los mecanismos para medición oficial de la “pobreza
multidimensional”, lo cual afecta la institucionalidad y autonomía del INEI y
pone en riesgo de manipulación política los datos de pobreza. En febrero pasado
se presentó un avance de la metodología de medición de la pobreza
multidimensional, pero, la última “Evaluación de la Pobreza Monetaria
2015-2024” solo es una medición monetaria, porque considera capacidad de compra
y no de consumo efectivo de bienes, además, excluye importantes aspectos
incidentes de pobreza como necesidades y servicios básicos insatisfechos,
desnutrición, anemia, exclusión social, capacidades, etc.
Bajo
este panorama, la pobreza en nuestro país refleja nuestra crítica situación
general y estructural en materia de oportunidades y bienestar. Es muy grave el empobrecimiento
nacional (alrededor del 65% de la población esta inmersa entre pobreza, pobreza
extrema y vulnerable), lo cual es generado principalmente por inestabilidad
política, violencia e inseguridad ciudadana, corrupción, reducida inversión
privada, falta de empleo, altísima informalidad, bajo crecimiento económico, falta
de apropiadas políticas públicas focalizadas en los más vulnerables, entre
otros, que el gobierno debería, con estrategias claras y concretas, orientar
como principales retos para retomar la lucha contra la pobreza.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 17 de mayo de 2025