El
pasado día 31 nuevamente la calificadora internacional Moody’s Investors
Service (Moody’s) redujo al Perú la perspectiva de las calificaciones a largo
plazo en moneda local y extranjera, de estable (desde setiembre 2021), a una
perspectiva negativa (Baa1: capacidad para cumplir obligaciones
financieras pero con condiciones económicas adversas), debido a la intensificación
de la conflictividad política y social, lo cual advierte una grave amenaza a la
economía y a la gobernabilidad; según ha advertido esta calificadora, en nuestro
país existe una amenaza latente de daño y menoscabo de la institucionalidad, gobernabilidad,
manejo de las políticas y de la economía, lo cual socava la capacidad de
recuperación económica afectando las perspectivas crediticias de mediano plazo
y con elevadas tasas de interés.
Cabe
señalar que en setiembre 2021, Moody’s, rebajó, por primera vez en 20 años, la
calificación de la deuda externa de los bonos del Perú a largo plazo y de la
deuda local también a una perspectiva negativa Baa1 principalmente por el
riesgo político y reducida capacidad de formulación de políticas del gobierno
que afectan la confianza de los inversionistas ocasionando negativas
perspectivas crediticias a mediano plazo.
De
igual forma, las calificadoras de riesgo Fitch Ratings y Standard & Poor´s
nos han rebajado la calificación y perspectiva crediticia de estable a negativa
desde octubre de 2022 y diciembre de 2022 respectivamente, debido a un entorno
político y social frágil que pueden llevar a cambios abruptos que
indefectiblemente afectan y reducen la confianza de los inversionistas privados
(80% del total de inversión en el país), lo cual afecta el crecimiento a
mediano plazo y obstaculiza la gestión fiscal.
Actualmente,
la izquierda radical está tratando de imponer un proceso constituyente a
cualquier precio, intentando promover una modificación de la política y del
modelo económico, lo cual socavaría la efectividad de la política y fomentaría
la inseguridad jurídica por un proceso constitucional o por consideraciones
políticas, además, debilitaría los pilares estructurales de nuestro perfil
crediticio, y continuaría rebajándose nuestra calificación internacional.
Bajo
este panorama, a pesar de que nuestra situación macroeconómica es sólida (baja
deuda pública en relación al PBI, buenas reservas internacionales y un firme
banco central), sin embargo, la inestabilidad política es grave y negativa,
debemos con carácter urgente, mejorar el entorno político y la cohesión
institucional, la adopción de reformas que impulsen el crecimiento sostenible,
mejorar las instituciones políticas, luchar agresivamente contra la corrupción
y reducir la economía informal. Caso contrario, nuestra perspectiva de
calificación podría seguir reduciéndose y llegar por debajo del “nivel de grado
de inversión” hasta el denominado “nivel de grado especulativo” o de alto
riesgo.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 4 de febrero de
2023