El
sistema electoral organiza, planifica y ejecuta los procesos electorales,
actualmente está compuesto por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), cuyo
presidente es Jorge Salas Arena, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe),
jefaturada por Piero Corvetto, y el Registro Nacional de Identificación y
Estado Civil (Reniec), a cargo de Carmen Velarde. Ellos llevaron a cabo el
último proceso de 2021 y no garantizaron en absoluto su limpieza y
transparencia. Salas Arena, izquierdista declarado, y que, como abogado, defendió
a terrorista confeso ¿cómo podría haber
administrado plena justicia y fiscalizado el proceso?, Corvetto, habiendo
formado parte del comité de Reniec que elaboró el padrón electoral y luego fue
nombrado Jefe de la Onpe, ¿cómo podría haber organizado, planificado y
ejecutado un transparente proceso electoral?, y Velarde, jefa nacional de
Reniec ¿cómo podría encargarse de registrar la identificación de personas,
cuando se encontraron miles de personas fallecidas, aptas para votar, en el
padrón electoral?
El proceso electoral 2021 ha sido puesto en duda por 50% de
los peruanos porque Salas Arenas (con 56% de rechazo) incumplió la Constitución (artículo 179°) que estipula que la conformación
del JNE debe tener 5 miembros, pero solo tuvo 4, y éste, como presidente y
miembro con doble voto o voto dirimente, se parcializó con el partido comunista
marxista leninista Perú Libre permitiendo que candidatos vinculados al Movadef
(brazo político de Sendero Luminoso) puedan inscribirse por dicho partido para
postular al Congreso, logrando
incorporar congresistas vinculados con este movimiento. ¿Cómo podría explicar
el JNE la ilegal inscripción de Perú Libre con una fórmula de solo 2 candidatos
a la presidencia y vicepresidencia?, o ¿cómo apañaron al vacado y preso
Castillo al haber sido previamente denunciado por omisión y falsedad por mentir
en su hoja de vida?
En
el proceso electoral 2021 se ha demostrado la existencia de prácticas
sistemáticas de irregularidades como robo de votos, falsificación de
actas, firmas falsas, adulteración en mesas, miembros de mesa suplantados, etc.
que definitivamente alteraron los resultados de las votación, y aun así, el JNE
se opuso
a requerir el padrón de votantes a la Onpe para verificar éstas denuncias, incumpliendo
flagrantemente el artículo 176° de la
Constitución que dispone que el escrutinio debe ser reflejo exacto de la voluntad del elector, lo
cual no ocurrió.
Bajo este panorama sería absurdo e inconcebible que
las mismas autoridades del sistema electoral ejecuten dos procesos seguidos, con
el agravante que en 2021 tuvieron
serios cuestionamientos, generaron muchas dudas y sospechas y no presentan la credibilidad
necesaria para ejecutar un proceso transparente. Para que garantice la
neutralidad de las próximas elecciones, las actuales autoridades electorales
deben ser cambiadas.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo, publicado en el
diario EXPRESO, fecha 21 de enero de 2023