Nuestro
sistema educativo, el sector más importante para el futuro de nuestro país está
en crisis y lamentablemente en muy malas manos, con el copamiento del ministerio de Educación
(Minedu) de dirigentes comunistas radicales que seguramente buscarán introducir entre nuestra juventud una concientización revolucionaria extremista con una nefasta ideología de odio y
destrucción. A este gobierno comunista no le interesa en absoluto
mejorar la educación en el país, la cual está en manos de la Federación Nacional de Trabajadores en la
Educación del Perú
(Fenatep), un sindicato de extrema izquierda creado por Castillo e integrado
por los miembros más beligerantes ligados al Movadef, brazo político de Sendero
Luminoso.
En 5 meses han pasado tres
ministros, primero, Cadillo, un profesor galardonado por Minedu en 2015 y
considerado en 2017 entre los 50 mejores docentes del mundo y que fue retirado
del Ministerio por presiones de Fenatep, Castillo lo despidió con un mensaje de
WApp, fue cambiado por Gallardo, un dirigente comunista,
marxista-leninista radical, con filiación pro senderista, que rápidamente fue
censurado en el Congreso por la ignominiosa filtración de pruebas de evaluación
docente, y el último ministro, Rosendo Serna, que juró hace solo 11 días, es
integrante de Juntos por el Perú y según Perú Libre, no ha sido su propuesta.
Este ministro tiene una antigua sentencia del Tribunal Constitucional por abuso
de autoridad, y, según sus propias declaraciones en noviembre pasado, cuando
era director regional en Huánuco, no cree en la meritocracia porque cuestiona la
complicación que le dan las evaluaciones a los maestros y aduce que solo tienen
que saber lo elemental debiéndose cambiar la evaluación con pruebas más pertinentes.
Bajo este panorama, con el gobierno comunista
de Castillo, nuestro sistema educativo pasa por una grave crisis sin
precedentes donde solo sirven los intereses
políticos y sindicales. Esto sucede porque está dirigido por un controvertido
y cuestionado grupo sindical auspiciado por el gobierno que prioriza sus
intereses particulares y sindicales y enaltece la mediocridad sobre el
conocimiento porque propone derogar la Ley
Magisterial y buscan reponer a miles de maestros que no aprobaron evaluaciones
lo cual afectará y precarizará
profundamente nuestro sistema educativo.
No queremos esta
caótica y nefasta
ideología educativa comunista extremista, requerimos todo lo
contrario, un sistema educativo democrático que implemente políticas que
mejoren la calidad de la educación, que estimule la creatividad y el análisis,
y otorguen, como derecho esencial, un acceso equitativo a los estudiantes de
todos los niveles socioeconómicos, garantizándoles iguales oportunidades de
desarrollo y aprovechamiento de sus potenciales de aprendizaje.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 8 de enero de 2022