Nuestro
sistema penitenciario se encuentra en estado de emergencia hace más de 3 años (desde
enero 2017) “por razones
de seguridad, salud, hacinamiento y deficiente infraestructura” pero la situación empeora, actualmente existen 68
cárceles a nivel nacional con capacidad para 40,000 internos pero albergan 97,000
(sobrepoblación de 143%), adicionalmente el Covid-19 las están convirtiendo en focos
mortales (al 16 de junio habían 221 presos muertos por el virus) y varios
motines durante esta pandemia. De los 95,000 internos 45,600 (48%) están sin
sentencia, de los cuales, según expertos, se tendrían que liberar entre 15,000
y 20,000 para que las cárceles sean manejables, en este contexto el gobierno ha
anunciado 12,250 excarcelaciones.
El pasado
4 de junio, como medida extemporánea e impuesta por la grave epidemia que
afecta los penales, fueron promulgados dos Decretos Legislativos, el 1513,
sobre criterios excepcionales para deshacinamiento
de los penales, y el 1514, para utilización de grilletes electrónicos (sistema
de vigilancia electrónica personal penal) en procesados o condenados entre 4 y
10 años (excluyendo a internos que hayan cometido delitos graves), según el
ministro de Justicia, Fernando Castañeda, el INPE está trabajando para contar con
8,000 grilletes e implementarlos (a un costo de S/.50 millones) para que los
jueces puedan usar esta medida coercitiva en lugar de presión preventiva, sin
embargo, el ministro no ha aclarado la fecha de la implementación ni si existe la
infraestructura adecuada para su uso masivo, ya que actualmente la situación de
dichos elementos es incierta y la usan solo 25 presos.
Sin
embargo el tema de los grilletes electrónicos ha sido pésimamente gestionado
desde hace 10 años cuando fue promulgada la ley 29499 (enero 2010) que
establece la vigilancia electrónica personal, y su reglamento (DS-003-2010-JUS
agosto 2010), en ese entonces se decidió
la adquisición de 2,000 grilletes con expediente técnico y viabilidad
presupuestaria aprobada, sin embargo, se desconoce si fueron adquiridos o si se
utilizó el recurso asignado.
Bajo este panorama la aplicación de los grilletes electrónicos
representa grandes ventajas, además de haber sido probada su eficiencia y
fiabilidad en la región (México, Colombia, Brasil, Chile, Argentina, Uruguay) y
es menos costoso que la pena de encarcelamiento (alrededor de S/.10,000 anuales
por reo), además, combate el grave hacinamiento actual y en el caso de los
procesados evita que imputados primerizos o por delitos de escasa gravedad se
mezclen con internos más avezados y peligrosos lo que agrava el problema social
carcelario.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha
4 de julio de 2020