Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

SUMIDOS EN EL EXTREMO DE LA INFORMALIDAD

La informalidad en nuestro país se multiplica incontenible, 60% de nuestro PBI se produce de manera informal, de 16 millones de peruanos económicamente activos ocupados, 11.9 millones (74.3%) son informales, predominando en 15 de las 25 regiones, principalmente en la macro región sur (Arequipa, Cusco, Madre de Dios, Moquegua, Puno y Tacna) donde el 80% están incursos en este injusto sistema que no les permite tener derechos laborales, y menos, protección ni seguridad social, pero asimismo, no pagan tributos, realizan actividades de muy poca productividad, y compiten deslealmente con empresas formales, lo cual afecta la generación de riqueza y socava nuestro desarrollo.

La informalidad abarca 84% de micro y pequeñas empresas (mypes) que aunque no llevan registros de ventas emplean 8 millones de trabajadores, principalmente jóvenes (de 10 trabajadores jóvenes 8 son informales). Además las grandes y medianas empresas no invierten en tecnología ni innovación que les permita crear más puestos de trabajo formal.  

Nuestra informalidad alcanza niveles alarmantes en casi todos los sectores: en minería, de 500,000 mineros ilegales solo se han formalizado 631 (0.13%); en el sector financiero, 50% de cooperativas de ahorro y crédito no están afiliadas; en tecnología, existen 65% de software sin licencia, 52% de conexiones de TV informales, y, de 470 operadoras de cable, solo 12 son formales.

También elevados niveles de informalidad en: transporte interprovincial (77%), Taxis y combis (60%), empresas de seguridad (68%), inmobiliarias y constructoras (60%), predios construidos sin licencia municipal (70%); agencias de viajes (55%), restaurantes (75%) y cevicherías (95%), mercado de bebidas alcohólicas (34%), entre muchos otros ejemplos.

Bajo este panorama el gobierno es responsable de encontrarnos sumidos en el extremo de la informalidad por no tener estrategias de formalización que haga atractiva la formalidad y simplifique la normativa (inadecuada legislación laboral, abrumadoras regulaciones y trámites, complejo sistema tributario y excesivos impuestos), agravado por su falta de capacidad, debilidad, ineficiencia o corrupción institucional para realizar reformas, hacer cumplir las leyes, promover la capacitación laboral, mejorar el capital humano, y crear nuevos puestos de trabajo.

Uno de los principales retos del gobierno debe ser la formalización de nuestra sociedad. En tanto no se solucione esta grave informalidad económica, laboral y social, nuestra productividad y desarrollo se verán gravemente afectados, y mientras tanto, las cifras macroeconómicas y de crecimiento, competitividad y desarrollo humano, serán cada vez más frágiles y distorsionadas.

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 27 de junio de 2015


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