De la
superficie total de nuestro país (1’285,215 km2), los bosques cubren un 57%
(730,000 km2), equivalente a 73 millones de hectáreas, de las cuales hemos
permitido la irracional depredación de 8 millones por deforestación, casi 4
veces el tamaño del departamento de Ica (2.1 millones de hectáreas), y continúa
avanzando a un ritmo anual de 150,000 hectáreas, principalmente en bosques amazónicos,
pero también en la costa (que ha perdido 50% de cubierta forestal vegetal);
esta dramática deforestación es ocasionada por tala ilegal, minería ilegal,
cultivos de coca, ganadería, agricultura, producción agroindustrial (cultivos
de palma), entre otros.
Desde el 2008 el
Perú inició contacto con el programa forestal global FAO-Finlandia y el 2011
fuimos incluidos con 4 países piloto (Ecuador, Tanzania, Vietnam y Zambia) en
el proyecto “Inventario Nacional Forestal Sostenible ante el Cambio Climático”.
Dicho proyecto requería una inversión de US$ 6 millones (US$ 4.2 millones la
FAO y US$ 1.8 el gobierno) para culminarse en 3 años.
En noviembre
2012 el ex Ministro de Agricultura, Milton von Hesse, anunció que concluiría el
2° semestre 2013, lo cual no se cumplió, y además la inversión aumentó a US$
10.7 millones (US$ 3.5 millones la FAO y US$ 7.2 el gobierno). Finalmente en
noviembre 2013, el mismo von Hesse extrañamente afirmó que el inventario
tardara 5 años, con un incremento de inversión hasta los US$ 20 millones (US$
3.5 millones la FAO y US$ 16.5 el gobierno peruano), monto extremadamente
superior al inicial.
Bajo este
panorama, es mínimo el levantamiento de información en las parcelas de las 9
Unidades Operativas de Campo (UOC) de costa, sierra y selva, y recién el pasado
día 26 la directora ejecutiva del Servicio Nacional Forestal (Serfor), Fabiola
Muñoz, está invocando la participación de gobiernos regionales, comunidades
nativas, universidades e instituciones de investigación para la ejecución de
este inventario nacional que ya debió estar terminado hace 2 años según la
programación inicial.
Mientras este
inventario no concluya, no podremos formular e implementar adecuadas políticas
y planes forestales, mediante procesos participativos, para el manejo forestal ante
el cambio climático, tampoco se podrá establecer un sistema de monitoreo y
evaluación continua y sistemática para apoyo del ordenamiento territorial, de
procesos de zonificación ecológica y de desarrollo forestal sostenible. Todas
estas urgentes e indispensables acciones contribuirían a reducir la
deforestación, depredación y degradación de nuestros bosques.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 4 de julio de 2015