Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

AGRICULTURA FAMILIAR SIN ESTRATEGIA NACIONAL

El Ministro de Agricultura y Riego (Minagri), anunció hace meses, con gran publicidad, que a fines de marzo presentaría, publicaría y oficializaría la “Estrategia Nacional de la Agricultura Familiar”, sin embargo hasta la fecha esta es desconocida a pesar que en mayo 2014 se creó una Comisión Multisectorial (integrada por 10 ministerios y representantes de 13 instituciones) y cuya principal línea de trabajo fue proponer dicha estrategia para el período 2014-2021. Además, existe un proyecto 3803/2014 “Ley marco para la promoción y desarrollo sostenible de la Agricultura Familiar” aprobada en diciembre 2014 por la Comisión Agraria y que está pendiente de debate en el Congreso.

La agricultura familiar (pequeña agricultura o agricultura campesina) es imprescindible en nuestro país (de 2.2 millones de agricultores 1.8 son pequeños agricultores y 1.2 de ellos habitan en la sierra), sin embargo el Estado no valora esta actividad y le brinda muy poca atención en promoción y apoyo.

Nuestra agricultura familiar concentra 90% del valor de la producción agrícola, de ella proviene 80% de alimentos consumidos en nuestra canasta (hortalizas, tubérculos, frutas y leguminosas) y representa 56% de la producción nacional, cubre el 93% de ocupados del sector agrícola, el 81% de unidades agrarias se encuentran en predios agrícolas familiares (menores a 5 hectáreas), y asimismo contribuye con 86% del Valor de la Producción Agrícola (VPA).

Bajo este panorama, la agricultura familiar es una actividad productiva que coadyuva al cuidado del medio ambiente, la biodiversidad y la reserva genética de cultivos, asimismo, impulsa las economías locales, genera empleo rural, incrementa la rentabilidad social y hace frente a los grandes desafíos de seguridad alimentaria, cambio climático y deterioro de recursos naturales, además, permite conservar el conocimiento ancestral agrario.

La pendiente “Estrategia Nacional de la Agricultura Familiar” debería adecuar políticas para proteger, potenciar y promover su desarrollo sostenible, particularmente en zonas rurales, y resolver sus principales problemas, entre ellos: ampliar la infraestructura para riego tecnificado ya que un mínimo porcentaje de agricultores familiares cuenta con este sistema utilizando mayormente el secano (lluvias), incrementar la asistencia técnica y capacitación la cual es mínima, apoyar el acceso al crédito (inaccesible por falta de título de propiedad o garantía), a insumos y equipamiento agrícola, y fomentar la reducida asociatividad entre la agricultura familiar y empresas agrícolas pequeñas y medianas para enfrentar la globalización y competitividad.   

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 30 de mayo de 2015


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