Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

POCO EMPLEO Y PROTECCIÓN SOCIAL, Y MUCHA INFORMALIDAD

El pasado día 13 la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentaron en conjunto su informe sobre la coyuntura laboral de América Latina y el Caribe titulado “Protección social universal en mercados laborales con informalidad” de cuyo análisis se desprende información muy importante sobre la situación laboral en nuestro país.

El enfriamiento de nuestro crecimiento económico ha afectado la generación de empleo asalariado, ocasionando un aumento de 35% de trabajo independiente, y conjuntamente con el trabajo doméstico y familiar y la menor demanda laboral empresarial generan el 64% que registra nuestra informalidad laboral. El porcentaje de trabajadores sin contrato permanente está por encima del 75%, lo cual afecta notoriamente al empleo juvenil (18 a 24 años) donde el 80% de ocupados no se encuentra cubierto por un sistema previsional y 50% laboran sin contrato.

De los 16 países evaluados estamos entre los 5 últimos con menor porcentaje de trabajadores asalariados (54.5%) respecto al total de ocupados, y las tasas de crecimiento de empleo registrado (en empresas formales grandes, medianas y pequeñas) ha ido decreciendo desde 2011 (5.3%), a 2012 (3.9%), a 2013 (2.9%) y a 2014 (1.8%). Mostramos la mayor tasa de subempleo horario urbano, y el salario medio real del empleo formal disminuyó de 3.3% el 2013 a 2.7% el 2014.

Respecto a la protección social, de 16 países evaluados, somos los penúltimos con 58.5% en porcentaje de trabajadores que cuenta con seguridad social. Dada la relación que existe entre protección social y empleo, presentamos exclusiones en la calidad del empleo, desempleo y participación laboral.

Bajo este panorama, mostramos una bajísima calidad laboral en la región. Debemos generar políticas, estrategias y consensos necesarios para crear más y mejores empleos productivos y de calidad que respondan las demandas de la población, lo cual representa la mejor herramienta para combatir la pobreza y promover el desarrollo sostenible.

También mejorar nuestro proceso de formalización laboral, y asimismo, aumentar la disponibilidad de recursos mediante una mayor carga tributaria para cubrir mayor protección social y necesidades esenciales (salud, educación, cuidados de la niñez y empleo), la cual en nuestro país es bajísima (16.6% del PBI) y se prevé que para el 2016 caerá a 15%, contrariamente, Argentina, Brasil y Uruguay superan el 25% y el promedio de los países europeos bordea el 40%.


Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 23 de mayo de 2015

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