Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

REFLEXIONES EN EL 124° ANIVERSARIO DEL GLORIOSO COMBATE NAVAL DE ANGAMOS

Cuando nuestro máximo héroe naval, el Gran Almirante Miguel Grau, el 30 de Mayo de 1877, ostentando el grado de Capitán de Navío, fue nombrado por el Presidente Prado para que asuma la Comandancia General de la Marina, y nuestro país sufría de una terrible situación económica, una de sus primeras acciones fue la de presentar un informe denominado “Memoria de Marina”, en el que expone una descarnada situación sobre el estado de operatividad de nuestras unidades navales.
Al respecto, informa que de la escuadra compuesta por seis buques de combate, únicamente dos de ellos se encontraban operativos, el Monitor “Huáscar” y la Corbeta “Unión”. El resto de buques, la Fragata “Independencia”, la Cañonera “Pilcomayo” y los Monitores “Manco Cápac” y “Atahualpa” se encontraban no operativos y con serias limitaciones de mantenimiento y reparación por falta de materiales y repuestos, principalmente para las calderas, las máquinas y los cascos.

En dicho informe, el Comandante General de la Marina Miguel Grau concluye que “De algún tiempo atrás la Marina no ha hecho adelanto material alguno. Su importancia ha desmerecido mucho, pues siendo nuestros principales buques construidos en una época en que el blindaje y gruesa artillería hacían sus principales ensayos, ya han quedado muy atrás de las poderosas naves de guerra que se construyen en el día”.

Poco más de dos años después de asumir el mando de la Marina, el 5 de Abril de 1879, Chile nos declaró la guerra, Grau asumió el mando del “Huáscar” y aunque el Perú no estaba preparado para la contienda procuró ponerse en forma de inmediato con los escasos medios con que se contaba.

Desde el inicio de la Guerra del Pacífico el 5 de Abril y después de realizarse siete incursiones al sur, hasta el 8 de Octubre en el Glorioso Combate de Angamos, nuestro mayor héroe naval se inmoló por la patria legándonos una lección de sacrificio y patriotismo.

Es muy importante que este episodio de nuestra historia nos obligue a reflexionar que a 124 años transcurridos desde esta guerra, la situación de las unidades de combate de las Fuerzas Armadas es similar, por la falta de planificación, presupuesto y de definición de su rol, por lo que se presenta una condición de carencia de operatividad y entrenamiento realmente insostenible, tal como lo ha explicado el propio ministro de Defensa cuando manifiesta “Que ha puesto en práctica todas las medidas de austeridad posibles, pero aún así es insuficiente el presupuesto que se le ha asignado para atender sus necesidades para el 2004”

Esta situación ocasionará inexorablemente que por problemas de obsolescencia del material y limitaciones severas de repuestos y mantenimiento, en el corto plazo, no será posible la reparación o el repotenciamento de muchas de ellas y desgraciadamente lo que él mismo pregona que “Requerimos unas Fuerzas Armadas modernas, eficaces, eficientes y flexibles” será imposible de cumplir con paliativos como la venta de inmuebles de los institutos.
Publicado en el diario CORREO, fecha 8 de octubre de 2003

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