Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

IMPACTO DE LA CORRUPCIÓN

El jueves 6 del presente el departamento de Investigación y Políticas de Transparency International presentó en Berlín, Alemania, su “Informe sobre el Barómetro Global de la Corrupción 2007”. Fue elaborado entre junio y setiembre en 60 países, incluido el Perú, e incide en aspectos de sobornos, afectación de la corrupción y evolución de la lucha anticorrupción.
Sus conclusiones determinan que a nivel mundial, los sobornos son una práctica muy extendida, siendo el poder judicial y la policía los más afectados. Asimismo, los partidos políticos y el poder legislativo son percibidos como las instituciones más infectadas por la corrupción.

En el caso del Perú, nos encontramos en el penúltimo grupo de países más afectados por los sobornos. En percepción de corrupción, el Poder Judicial, con un puntaje de 4.2 (5 significa muy corrupto y 1 nada corrupto), entre 60 países, se ubica en el puesto 58 y en Latinoamérica último entre 9 países. Los partidos políticos y el Poder Legislativo, con 4.1 puntos, ocupan, los puestos 53 y 55 respectivamente y la policía con 3.9, el puesto 39. Asimismo, el 74% considera que la evolución de la corrupción en los próximos tres años seguirá igual o aumentará y el 81%, que las medidas anticorrupción son inadecuadas e ineficaces.

Muchas encuestas nacionales corroboran esta realidad. En octubre 2006, según Apoyo, el principal problema del Estado es la corrupción. En noviembre 2006, según Proética, los encuestados ven casi normal pagar coimas y, en noviembre 2007, según la Universidad de Lima, el 88.5% critica la lucha anticorrupción.

Desde hace seis años la lucha anticorrupción ha sufrido muchos cambios que le han restado eficacia. Así, en octubre 2001 se nombró un “zar” anticorrupción que fue desactivado el 2003 sin conseguir resultados concretos. En noviembre 2001 se creó –con un nombre rimbombante– la “Comisión Nacional de Lucha contra la Corrupción y Promoción de la Ética y Transparencia en la Gestión Pública y en la Sociedad”, la cual no mejoró la situación, siendo reemplazada en enero 2006 por el “Consejo Nacional Anticorrupción”, otorgándosele nuevas facultades. Y el 18 de octubre pasado, este Consejo fue eliminado creándose la “Oficina Nacional Anticorrupción” (ONA), cuyo Manual de Operaciones acaba de aprobarse y ya ha sido cuestionado por el Contralor General de la República debido a atribuciones que invaden sus funciones constitucionales.

La corrupción representa un mal endémico en nuestro país. La ineficacia de la lucha anticorrupción debilita el sistema democrático, por lo que se requiere su urgente fortalecimiento. Debe elevarse el nivel de transparencia del Estado, mejorar el sistema de administración de justicia, reforzar los mecanismos de investigación y fiscalización de las instituciones públicas, y lo más importante, construir una cultura de moralización en nuestra población.

Publicado en el diario EXPRESO, fecha 22 de diciembre de 2007

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