Según la FAO
somos el 8° país del mundo en reservas de agua dulce (2% del planeta), sin
embargo, la calidad del servicio de agua y saneamiento es muy deficiente,
principalmente al interior del país; 1 de cada 5 peruanos no cuentan con acceso
a agua potable, y en regiones como Huancavelica, Ucayali, Loreto, Cajamarca y
Pasco, solo tiene acceso entre 51% y 60% de hogares; en la población rural únicamente 2% cuenta con
servicio; además, 6 millones de peruanos no cuentan con saneamiento. Y en Lima,
más de 1 millón no tiene agua potable, según la Autoridad Nacional del Agua
(ANA) la capital sufre escasez severa de agua por expansión demográfica, cambio
climático y su ineficiente uso (30% del agua producida no es facturada por uso
clandestino y fugas en redes).
La razón de
esta situación se debe a la reducida inversión (de S/. 8,000 millones anuales
requeridos se asigna la mitad), deficiente gestión, mala distribución,
expedientes mal realizados y corrupción.
El servicio
nacional de agua potable y alcantarillado, además de Sedapal está en manos de
49 empresas públicas prestadoras de agua y saneamiento (EPS) gestionadas por
municipalidades provinciales y distritales. En julio pasado el ex ministro de
Vivienda, Construcción y Saneamiento, Von Hesse, manifestaba que “las EPS están
podridas y los recursos que administran son los peores gestionados” además que
este sistema “ha fracasado desde hace 20 años”, sin embargo, no se permite al
sector privado participar en provisión de estos servicios esenciales.
Entre otros problemas
que agravan la situación, tenemos:
1) 70% de la
población habita en la costa con disponibilidad de solo 1.7% de agua;
2) Excesivo uso
del recurso en agricultura (85% del agua disponible);
3) Crecimiento
poblacional;
4) Desarrollo
de actividades extractivas; y
5) Cambio
climático y deshielo de nuestros glaciares.
Bajo este
panorama los candidatos presidenciales deberían discutir como prioridad este
tema y presentar alternativas de solución para:
1) Ampliar la
cobertura de agua y saneamiento a nivel nacional;
2) Resolver el
excesivo uso del recurso en agricultura (riego tecnificado y aguas residuales
tratadas);
3) Implementar
sistemas de almacenamiento de agua (en época de lluvias 70% se va al mar);
4) Mejorar
gestión del sector y analizar participación del sector privado para solucionar
la escasez y falta de abastecimiento; y
5) Fomentar una
cultura del agua para optimizar su uso.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 2 de enero de 2016