Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

GRAVE PRECARIEDAD INSTITUCIONAL

La última encuesta de Ipsos Apoyo publicada el pasado día 20 demuestra (como la mayoría de encuestas) una casi total desconfianza de la ciudadanía en las principales instituciones relacionadas a la estructura del Estado: al Congreso lo desaprueban (84%), partidos políticos (82%), Poder Judicial (79%), y al mismo Gobierno, 87% desaprueban al presidente Humala.

La altísima desconfianza al Congreso tiene que ver con el cuestionamiento, investigación o denuncia de numerosos congresistas y su impunidad por blindaje (desde 2011 hubieron 293 denuncias con solo 13 amonestados o suspendidos), derroches presupuestarios en sueldos y obsequios, uso de pasajes para viajes proselitistas, contratación de asesores sin requisitos profesionales, recorte de sueldos a trabajadores para beneficio personal y una insostenible fragmentación y falta de capacidad para equilibrar o contrapesar las acciones del Gobierno.

El Poder Judicial, por falta de transparencia, honradez y dependencia política del sistema judicial, percibido como una institución endeble de baja calidad, predominando en muchos casos falta de eficacia y transparencia, jueces parciales que no respetan los procesos con demoras injustificadas o sospechosas o sujetos a inconductas o prácticas corruptas con cobros de coimas, y el máximo abuso, presos sin condena (de 74,000 presos a nivel nacional, la mitad, 37,000, no tienen sentencia).

Los partidos políticos, por su grave crisis de representatividad, débil identificación con la ciudadanía y alejamiento del interés mayoritario, con vida solo en épocas electorales invernando fuera de éstas, serias deficiencias de institucionalidad y transparencia, mal manejo de la democracia interna y rechazo a la fiscalización, predominio del caudillismo y carente formación y renovación de cuadros, inexistencia de lazos con sus bases partidarias y ausencia de propuestas.

Por último, el Gobierno, con un presidente que persiste en la confrontación, demostrando improvisación y falta de liderazgo, sin ideario programático ni visión de futuro que nos está dejando profundos problemas de desigualdad y exclusión, serios conflictos sociales, una delincuencia desbordada, creciente narcotráfico, elevada corrupción y una economía en peligrosa desaceleración.

En tal sentido, esta grave precariedad institucional no garantiza una gestión eficaz del Estado y no nos permite crecer y desarrollarnos en forma sostenida. Atravesar el umbral del desarrollo requiere mantener el flujo de inversiones, mejorar la calidad del capital humano y elevar la productividad, lo cual depende de la transparencia, responsabilidad, aptitud e idoneidad de las instituciones para hacer más eficiente la acción del Estado.


Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 26 de setiembre 2015

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