Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

TRAPECIO AMAZÓNICO: EJE DEL NARCOTRÁFICO

El Trapecio Amazónico, donde se unen las fronteras de Perú, Brasil y Colombia, es un eje del narcotráfico en nuestro país, los 4 distritos loretanos de la provincia de Ramón Castilla (Yavarí, Ramón Castilla, Pebas y San Pablo) y su capital Caballococha (ribera del río Amazonas), son zona de cultivos de coca con sembríos sorprendentemente adaptados a extremas temperaturas de la selva baja extendiéndose hasta Santa Rosa, último poblado peruano (funciona como centro de acopio) que colinda con Leticia (Colombia) y Tabatinga (Brasil).

Caballococha es el mayor foco del narcotráfico en esta zona y solo hay un juez, es centro logístico de traficantes de Colombia y Brasil, lugar de procesamiento y ruta de drogas e insumos químicos y lugar donde cohabitan violencia, sicariato, ilegalidad y trata de personas con un arraigado tráfico de drogas migratorio que circula por el río Amazonas (donde convergen los ríos Ucayali y Marañón) hacia la ciudad brasileña de Tabatinga y desde allí es transportada a Europa.

A 10 kilómetros de Caballococha se encuentra Cushillococha donde unos 3,000 pobladores de la etnia Ticuna se dedican al cultivo de coca y venden sus cosechas (cada 3 meses) a narcos colombianos y brasileros. Asimismo, los sembríos ilegales de coca de los distritos de Ramón Castilla y Yavarí (unas 3,000 hectáreas) van exclusivamente al narcotráfico.

Los cultivos ilegales en este Trapecio Amazónico en los últimos 14 años han aumentado de 250 hectáreas (2001) hasta unas 6,000 hectáreas calculadas actualmente, donde además se mueven anualmente unas 80 toneladas de cocaína que son enviadas a Brasil. De US$ 1,500 por kilo de cocaína en el lado peruano, puesta en Brasil aumenta hasta US$ 10,000. 

A pesar de esfuerzos en operaciones de interdicción tripartitas (5 Operaciones Trapecio realizadas), ejercicios conjuntos combinados, y erradicaciones de cultivos en nuestro territorio (desde noviembre 2014), las organizaciones del narcotráfico (unas 10 detectadas) siguen operando y exportando droga por falta de políticas de prevención del tráfico ilícito.

El lado peruano, con muchos proyectos sin concretar, debe recibir urgente atención política, económica, social y cultural. Se requiere mayor presencia del Estado para brindar servicios básicos (salud, educación, vivienda, agua, saneamiento, electricidad), desarrollar infraestructura (vial y fluvial), generar proyectos productivos, impulsar el comercio forestal e hidrobiológico, incorporar cultivos alternativos y biohuertos, mejorar las condiciones de seguridad, y lo más importante, afirmar y resguardar nuestra frontera del narcotráfico.

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 2 de mayo de 2015

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