Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

DE ESPALDAS A LA CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN

Durante el último mensaje el presidente Humala abordó el tema de la educación como primer y gran compromiso para contar en el bicentenario con educación de calidad, anunciando el incremento del presupuesto en 0.5% del PBI, que representaría (para 2015) 3.5% del PBI, todavía uno de los menores porcentajes en Latinoamérica (el ideal sería 6%).   

Pero además, la transformación educativa requiere indefectiblemente de ciencia, tecnología (C&T) y de TICs (tecnología de la información y comunicaciones), sin embargo, el presidente no trató absolutamente el tema (en el mensaje 2013 enfatizó que no había futuro sin progreso científico). Por más que aumenten presupuesto para educación, si no invertimos sustantivamente en C&T no contaremos con esta indispensable herramienta para capacitación de docentes para enseñanza, ni con el componente para aprendizaje de alumnos (autonomía, creatividad, capacidades).

Cuando el presidente se refirió al Plan Nacional de Diversificación Productiva resaltó que el Estado asumirá rol identificador (con el sector privado) de los sectores de mayor potencial para darles condiciones para su despegue con herramientas modernas de C&T e innovación, pero no indicó cuáles herramientas ni cómo se desarrollaría, considerando que nuestro nivel de capacidad en este campo es demasiado pobre.

Tampoco explicó cómo se adquirirían dichas herramientas, ya que solo asignamos para C&T e innovación un ínfimo porcentaje, de los más bajos de la región (0.15% del PBI), lo cual limita incrementar valor a los procesos productivos nacionales y además agotará cualquier avance diversificador. En Julio de 2012 el presidente Humala se comprometió a incrementar al 2016 dicho porcentaje hasta 0.7% del PBI, pero para cumplirlo debió haber asignado un considerable monto este año, lo que no sucedió.

Bajo este panorama nuestro país, en comparación con economías emergentes y países latinoamericanos de nivel similar de desarrollo, dedica mínimos recursos públicos o privados a la C&T (falta cooperación pública-privada) y no se fomenta la innovación (según los empresarios su costo es demasiado elevado y existe escasez de personal calificado)

Es clamoroso nuestro déficit de investigación científica, no se incentiva ni financia y hay pocos científicos y talentos en sectores importantes como educación, salud o tecnologías, además, no contamos con centros de excelencia ni parques tecnológicos y faltan laboratorios, menos del 2% de empresas y un mínimo de universidades realizan actividades rescatables en este campo, y menos contamos con un ecosistema de emprendimiento.

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 2 de agosto de 2014


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