Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

SUBASTAN Y TRAFICAN NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL


El pasado día 26 el Ministerio de Cultura en su portal presentó un comunicado, que pasó absolutamente inadvertido, sobre la venta en la casa de subastas Sotheby’s de París entre los días 22 y 23, de la colección privada precolombina de 313 piezas de Jean Paul Barbier-Mueller, incluyendo 56 de nuestro patrimonio, explicando que no se sabe cómo salieron del Perú, aunque deduce que debió ser clandestina porque dicha colección se inició en 1920, posterior a la prohibición peruana de salida de bienes arqueológicos (abril 1822), por lo que efectuará el reclamo y denuncia correspondiente; sin embargo, esta acción, no tendrá efecto alguno porque no contamos con datos precisos sobre su inventario e historia.

Dicho comunicado menciona el precio mínimo fijado a nuestras 56 piezas (1’157,000 euros), pero no explica su incalculable valor intrínseco e histórico perteneciente a culturas entre 1,500 AC. y 1,500 DC. (Mochica, Chavín, Inca, Chimú, Huari, Chancay, Ica-Chincha, Nazca, Paracas, Cupisnique y Horizonte Tardío), tratándose de joyas arqueológicas: ceramios de figuras mitológicas, antropomórficas y eróticas, vasos y platos, además de mantos y máscaras funerarias, monolíticos, adornos y placas gravadas.

Anteriormente el Estado peruano no ha podido evitar la subasta de muchísimas piezas peruanas. En mayo 2009 Sotheby’s vendió máscaras, ceramios, vasijas y otros de las culturas Sicán, Chincha, Paracas e Ica-Chincha. También en mayo 2007 Sotheby’s y Christie’s vendieron 24 cerámicas de Chimú, Mochica, Nazca, tocados de momia de Paracas y tocado de plumas y figuras de piedra de Pucará. En esa oportunidad el presidente García planteó su compra para no perderlas, pero nunca lo concretó.

Según la dirección general del Consejo Internacional de Museos el tráfico ilícito de nuestros bienes culturales alcanzan “niveles inusitados”, y para la World Monument Fund (WMF) la gestión y protección del patrimonio en el Perú “es un desastre”. Se ha detectado que más de 12,000 bienes culturales salieron ilegalmente a EE UU, España y otros países. En enero pasado devolvieron desde Rusia un ceramio mochica en encomienda dirigida al director del Museo Tumbas Reales, Walter Alba, que los controles aduaneros no advirtieron. Recientemente en Cieneguilla robaron 1,003 piezas Mochica y Chimú de una colección particular de la familia Dalmau, recuperándose solo 253.

Bajo este panorama la dimensión de nuestro patrimonio parece intimidar a los gobiernos. Mientras no contemos con un minucioso y actualizado catastro e inventario, así como con políticas eficientes y rígidas para la custodia, protección y recuperación de nuestro invalorable e irremplazable patrimonio cultural, lamentablemente éste seguirá siendo subastado y traficado.


Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 9 de marzo de 2013

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