Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

LA VERDAD SOBRE EL CASO ECHAÍS

El domingo 11 de noviembre fui convocado por el presidente constitucional de la República y, en pocas palabras, me dijo que había decidido destituirme del cargo de comandante general de la Marina. Al día siguiente, el ministro de Defensa presentó a mi sucesor en acto inédito no permitiéndose el acceso a la prensa. Por cierto, no asistí a la ceremonia de relevo de comando porque no había documento oficial de mi destitución. El 16 de noviembre solicité mi pase al retiro, siendo aceptado 30 días después y publicado dentro de un paquete de casi medio millar de bajas en las FFAA. Durante dicho período estuve impedido de hacer declaraciones públicas debido a que continuaba en situación de actividad.
¿Casualidad o mordaza?....

El 7 de Noviembre del 2001 los ministros de Justicia, Defensa e Interior convocaron a una conferencia de prensa en la cual avalaron con su presencia, sin constatar, la versión de un ciudadano de cuestionables antecedentes, según la cual se había entrevistado dos veces en la Base Naval del Callao con el interno Montesinos. Pero este acto era el epílogo de una secuencia de acontecimientos con el fin de desprestigiar a la Marina: un supuesto ingreso no autorizado de un congresista al Centro de Reclusión de la Base Naval (CEREC), luego, el ministro de Justicia no alertó a la Marina sobre un documento que presentó el procesado Montesinos al INPE días antes que se difunda su entrevista en Telemundo, donde manifestaba que recurriría a los medios de comunicación. Prosiguió con los ministros de Justicia y Defensa con una reportera a mi despacho, incluido un interrogatorio al día siguiente a un técnico de la Marina a cargo de tres ministros en el despacho del ministro de Defensa. Luego, la incursión del ministro de justicia al Cerec sin consentir el registro de sus vehículos ni la identificación de sus acompañantes; y terminó con el ingreso de una vedette a la Base Naval, convenientemente filmado para la TV, el cual fue difundido, previa espectacular propaganda, cinco días después de ocurrido y a dos días de la conferencia de prensa para presentar a Echáis. ¿Pura casualidad?

El ministro de Justicia durante la presentación del denunciante, el día 7 de Noviembre, expresó que el 30 de Octubre el abogado Echáis puso en su conocimiento y del doctor José Ugaz este caso; o sea que desde dicha fecha el ministro ya conocía la denuncia manteniéndola oculta sin comunicársela a la Marina. ¿No es irresponsable haber ocultado dicha información varios días con el riesgo de que esto podría haber representado para la seguridad?

Al término de la conferencia de prensa, el ministro de Defensa me llamó por teléfono preguntándome si había visto la presentación de la denuncia, respondiéndole en forma afirmativa y manifestándole que me encontraba sumamente indignado, porque no conversó conmigo sobre el caso y no le dio la oportunidad a la Marina de efectuar las indagaciones mínimas que le hubieran dado elementos para no avalar con su presencia dicha denuncia; además de que me parecía una fantasía y que iba a disponer inmediatamente que la Inspectoría General efectúe una investigación sumaria. El ministro me respondió que también le pareció fantasiosa la denuncia, pero que accedió a presentarse porque ya había sido formalizada una denuncia ante la fiscalía, que podría ser aprovechada por otros partidos políticos y que además, si era falsa la versión de Echaíz, debería ir preso. Asimismo, me indicó que procedía a viajar a Chiclayo y que lo mantuviera informado sobre la investigación.

El mismo día 7 a las 21:00 horas llamé por teléfono al ministro, explicándole que ya se contaba con la información preliminar de la investigación sumaria de la Inspectoría concluyendo que no existía el más mínimo indicio de que el denunciante y el procesado Montesinos pudieran haberse entrevistado. Con estas explicaciones le manifesté la necesidad perentoria de difundir un desmentido, a lo que el ministro me indicó que haría las consultas correspondientes y que lo volviera a llamar a las 22:00 horas. Al hacerlo me manifestó que no era conveniente porque era muy prematuro y que al día siguiente adelantaría su regreso para ver este asunto.

El jueves 8 el ministro arribó a Lima a mediodía y me convocó a una reunión a las 14:00 horas en su domicilio, al cual asistí con el Inspector y el Subinspector general, encontrándose el ministro acompañado por el teniente primero (r) Juan Polar. Durante la reunión, le entregamos el informe de Inspectoría el cual concluía: “No es posible que el interno Montesinos haya podido entrevistarse con el abogado Echaíz”. El teniente Polar avaló en todo momento esta conclusión, aduciendo que él también había efectuado una investigación. El ministro aceptó ir al día siguiente a la Base Naval para efectuar una inspección a fin de verificar personalmente las condiciones de seguridad del CEREC, la cual se realizó el día 9 a las 10:00 horas.

Al término de la inspección a las 14:00 horas el ministro manifestó que, después de haber verificado in situ las medidas de seguridad, le parecía imposible que el abogado Echaíz pudiera haberse entrevistado con el procesado Montesinos. Al momento de despedirse en una sala de la prevención de ingreso a la Base, le entregué el informe completo de Inspectoría que indicaba que la denuncia era falsa y que no era posible que se hubiera entrevistado con el interno. Asimismo, se anexaba una copia del comunicado N° 005-2001. El ministro luego de leerlo detenidamente, me manifestó que el texto le pareció correcto, me indicó que corrija la fecha y que estaba decidido a autorizar su emisión. Pero, sin embargo, agregó que me espere hasta las 19:00 horas para su difusión a los medios.

Al regresar a mi despacho consulté al Consejo Consultivo y al Consejo Superior de la Marina y hubo coincidencia en la necesidad de emitir un comunicado oficial que informara a la ciudadanía sobre la falsedad de las declaraciones efectuadas por el citado abogado, el cual recién fue difundido a los medios a partir de las 19:30 horas. No hubo pues, precipitación ni descontrol. Tres días en que se propalaron más de un centenar de noticias vejatorias contra la honorabilidad de la Marina, sin poder defenderse.

Aproximadamente a las 20:30 horas el ministro de defensa me llamó por teléfono diciéndome textualmente: “Almirante, en el Consejo de Ministros se han presentado desacuerdos para la emisión del comunicado”, a lo que el suscrito le respondió que el comunicado ya había sido difundido, respondiéndome textualmente: “No se preocupe, almirante, mañana veremos como manejamos esta situación”.

Debo puntualizar que no existe reglamentación ni disposición alguna para que la Marina tenga que pedir autorización al ministro del sector para emitir un comunicado, que como este, no tenía contenido deliberante ni político sino estrictamente de salvaguarda del honor de la Marina, principio que consagra la Constitución. Tampoco era un desmentido a los tres ministros sino al denunciante Echaíz.

El día sábado 10 a 17:00 horas fui convocado a Palacio por el primer vicepresidente de la República a una reunión en la que se encontraba también el teniente general FAP (r) Luís Arias Graziani, informándoles a ambos sobre todo lo acontecido y entregándoles una copia adicional del informe de investigación de la Inspectoría.

El día domingo 11 a las 14:00 horas fui convocado a Palacio por el presidente constitucional de la República a quien en presencia del primer vicepresidente, primer ministro, los ministros de Defensa, Justicia e Interior y el teniente general FAP (r) Arias Graziani, expliqué nuevamente todo lo acontecido. El presidente decidió destituirme. El hecho es que, semanas después, durante la interpelación a los ministros, estuve impedido de presentar mi testimonio. Fue un día ignominioso para nuestra Marina. Sin embargo, aunque los ministros no fueron censurados, ni siquiera solicitaron un voto de confianza.

Publicado en el diario EL COMERCIO, fecha 13 de enero de 2002

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