Es
increíble como el candidato Pedro Castillo de Perú Libre, comunista radical, marxista-leninista-maoísta,
que propugna la lucha de clases, incita al odio y busca construir en nuestro
país un gobierno radical, expansivo, confiscador y un Estado totalitario para
perpetuarse en el poder, demuestra enorme orfandad de ideas, cambia de discurso
cada día, difunde propuestas extremistas e insólitas en las plazas públicas
opuestas a las que declara “al paso” en los medios de comunicación, porque
tampoco acepta entrevistas ni debates.
Tenemos algunos
ejemplos, primero usó dicotomías agresivas sobre las elecciones como una competencia
entre ricos y pobres, entre patrones y peones, entre amo y esclavo y entre la
opulencia y el mendigo Lázaro, pero poco después, con gran cinismo y
contradicción hace un llamado a la concertación más amplia para conversar, lo
cual nunca concretó. Sobre el cambio de
Constitución primero aseguró que lo haría a través de una Asamblea
Constituyente (no lo permite la Constitución) en un plazo no mayor a seis meses
y con esta acción automáticamente se disolvería el Congreso (lo cual sería
ilegítimo, autoritario y representaría un golpe de Estado), pero después
manifestó que sería respetuoso de esta Constitución hasta que el pueblo lo
decida, a través de un referéndum.
En una plaza de Espinar,
Castillo aseguró que de llegar al poder desactivaría el Tribunal Constitucional
porque “sirve para defender la macro y la gran corrupción”, además reafirmó que
hará lo mismo con la Defensoría del Pueblo porque “no ha defendido al pueblo,
pero cuanto se lleva”, sin embargo, poco después, sin siquiera ruborizarse, ha
manifestado que estas dos instituciones serán fortalecidas para que cumplan su
objetivo de servir al pueblo. Sobre los equipos técnicos, en pocos días, primero
dijo que son parte del pasado, luego explicó que estaba preocupado sobre
quiénes lo integrarán y finalmente confirmó que recién está constituyendo su
equipo.
Bajo este panorama, es
imposible creerle a Castillo, tal como en España, en una elección muy similar a
la que tendremos el 6 de junio en el Perú, no le creyeron al comunista radical
Pablo Iglesias (gran amigo del comunismo peruano). El pasado 4 de mayo se
presentaron a elecciones a la Asamblea de la Comunidad de Madrid el comunista
Iglesias del Partido Podemos contra la conservadora Isabel Díaz Ayuso del Partido
Popular quien con arrolladora victoria venció a Iglesias originando su retiro
de la política. Antes de las elecciones el Partido Popular planteó una campaña
con las siguientes disyuntivas: “Caracas chavista o Madrid”, “Venezuela
o España” y “comunismo o libertad”.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 15 de mayo de 2021