El pasado 28
de mayo el presidente de Petroperú, Carlos Paredes, indicó nuevo costo del Proyecto de Modernización
Refinería de Talara (US$ 4,692 millones), solo tres meses antes era US$ 4,304
millones (US$ 388 millones menos), sin embargo, durante el primer semestre de
2017 se estimaba en US$ 5,400 millones. Al término del proyecto (2021), por
desfases, costos adicionales, retrasos de labores y gastos financieros, el
costo podría elevarse a más de US$ 6,000 millones. Pero recordemos que en la primera convocatoria, en octubre 2008,
el costo estimado del proyecto era de US$ 800 millones siendo declarada
desierta, en diciembre 2009 en una segunda convocatoria ganó la buena pro la
empresa española Técnicas Reunidas suscribiéndose en marzo 2010 un contrato por
US$ 1,200 millones siendo cuestionado por las otras empresas intervinientes. Dos
años después (2012) Técnicas Reunidas revalorizó el proyecto hasta US$ 3,450
millones.
El 13 de
diciembre 2013 se promulgó la ley 30130 declarando la prioritaria ejecución de
la modernización de la Refinería de Talara y en mayo 2014 se firmó el nuevo contrato
con Técnicas Reunidas por US$ 3,500 millones, incluyendo la construcción de una
nueva refinería, con nuevas unidades de procesos y alta complejidad tecnológica,
la cual estaría funcionando en mayo 2019, sin embargo, después de muchos
desfases, descoordinaciones, discrepancias, reclamaciones, brechas de financiamiento, baja
productividad del proyecto, emisiones de bonos para financiamiento de obras y costos
por el retraso de unidades auxiliares (empresa Cobra), recién empezaría a
operar el 2021 a un costo total que podría superar los US$ 6,000 millones
incluyendo intereses en la estructura de inversión.
Bajo este
panorama, la modernización que en 2008 se estimaba en US$ 800 millones podría,
al término (2021), incrementarse exponencialmente hasta ocho veces (más de US$ 6,000 millones). Además, este proyecto tiene muchos
cuestionamientos, entre ellos, no se contó con financiamiento cerrado para
iniciar el proyecto en 2014, además, presenta una dudosa rentabilidad en el
largo plazo ya que deben recuperarse en 30 años unos US$ 6,000 millones, también,
según la Contraloría, los altos incrementos de costos no significan mejoras en
el esquema del proyecto, otro problema es que el inicio de operaciones estimado
el 2021 puede seguir postergándose (refinería paralizará trece meses desde
noviembre para la interconexión de nuevas unidades de producción), finalmente, cuando
culmine la modernización no contamos con crudo disponible para refinarlo,
nuestra demanda es 115 mil barriles/día de los cuales 70 mil se importan.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 8 de junio de 2019