Al día de hoy, sábado 30, se
cumplen 55 días desde que
un grupo de comuneros de Fuerabamba, en la provincia de Cotabambas, Apurímac (a
altura del fundo Yavi Yavi), bloquea la vía por donde transitan los vehículos
de la empresa minera china MMG con toneladas de cobre extraído del yacimiento
minero Las Bambas. Este proyecto donde se encuentra una de las mayores reservas
mineras del país cuya convocatoria a través de Proinversión fue hace 16 años
(agosto 2003) e inició operaciones en marzo 2011 ha pasado hasta la actualidad
por infinidad de conflictos: protestas,
movilizaciones, paros indefinidos, disturbios (5 comuneros muertos y decenas de
civiles y policías heridos), estados de emergencia, detenciones, medidas de
fuerza, marchas de sacrificio, entre otros.
Este conflicto de Las Bambas
es solo uno de los más graves entre 133 conflictos socioambientales a nivel
nacional detectados por la Defensoría del Pueblo, de estos, 71 involucran al sector minero y 56 son casos
activos, gran porcentaje de ellos ocurren en el corredor minero (zona sur del
país) y en la mayoría de casos las comunidades donde operan las empresas
mineras demandan por incumplimiento de acuerdos y compromisos sociales y de
planes de acción ambiental asumidos en las mesas de diálogo y por uso de
recursos hídricos de cabeceras de cuenca, quebradas, lagunas y acuíferos. En realidad los conflictos sociales,
principalmente de desarrollo minero, nos están desbordando a pesar de haberse
creado diversas instituciones adscritas a la PCM para tratar de resolverlos,
entre ellos, la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad-(ONDS) para dirigir el
proceso de diálogo y prevenir conflictos sociales, el Viceministerio de
Gobernanza Territorial que está por encima de la ONDS teniendo como competencia el diálogo y la resolución de conflictos.
Bajo este panorama la prevención, gestión y manejo de conflictos
sociales, activos y latentes, representa un grave problema actual, muchos de
ellos comenzaron hace años y aún no son resueltos porque no existe una política
clara para abordarlos y solucionar los problemas de fondo. Los conflictos sociales están relacionados a la gobernabilidad,
respeto a los derechos fundamentales, desarrollo social y cultura de diálogo y
paz. La violencia en conflictos
sociales es un desenlace que debemos evitar con capacidad preventiva (inteligencia,
información y análisis), estrategias de diálogo y acercamiento, y no solo
negociar cuando las carreteras están bloqueadas, como el caso actual en Las
Bambas, caso contrario, la situación se tornará insostenible.
Artículo de
Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO fecha 30 de marzo de 2019