Los
resultados de las encuestas nacionales (urbano rural) de Ipsos registran que
desde setiembre pasado la aprobación del presidente Kuczynski ha caído
súbitamente 20 puntos (de 63% a 43%) aumentando su rechazo en 28 puntos (de 17%
a 45%) lo que indica apoyo minoritario (mayor rechazo que aprobación), aun así,
el presidente afirmó que no le preocupan las encuestas, sin embargo, el primer
ministro Zavala, también con caída de aprobación de 16 puntos (de 44% a 28%) y
aumento en su rechazo hasta 44%, ha manifestado lo contrario, que él si toma en
cuenta dichas encuestas para adoptar mejores acciones, reconociendo además que
el Gobierno ha cometido “algunos errores de gestión” pero sin mencionar cuales.
Ayudemos al primer ministro a descifrar los motivos que ocasionan dichos
errores cuando el gobierno recién cumple 7 meses de gestión, entre otros: partido político con estructura
débil, desarticulado, sin cohesión, pugnas internas y falta de operadores
políticos; limitada visión política y orientación respecto a los grandes retos
pendientes y complejidades del país; extraña forma de comunicarse; constantes
idas y vueltas verbales del presidente, mensajes dobles y discursos
contradictorios.
Asimismo,
solo por mencionar algunos casos que el gobierno prometió accionarlos de forma
prioritaria: en temas de seguridad
ciudadana, carencia de rumbo, especialmente en sistemas de inteligencia e
investigación vinculados a seguridad y crimen organizado; falta de operadores
de gestión de conflictos y crisis sociales; frágil fiscalización ambiental en
zonas de conflicto minero o de recursos hídricos; atención calamitosa en
hospitales públicos, no se han ampliado los horarios de atención por falta de
recursos; en educación, no se avanza en capacitación docente, infraestructura e
institutos de excelencia; acciones muy tímidas contra la informalidad; e
increíblemente se está combatiendo un narcotráfico en aumento sin contarse con
una estrategia nacional oficial.
Bajo
este panorama, la gestión del gobierno debe ser moderna y eficiente como
condición indispensable para avanzar en reformar el Estado, modernizar la
administración pública, desarrollar la institucionalidad, reducir el
centralismo y lograr la capacidad de garantizar el desarrollo económico y
social del país, lo cual implica adecuar las estructuras del aparato público y
traducirlas en eficaces políticas públicas que cubran las demandas sociales de
la ciudadanía (servicios públicos de calidad) así como mayor eficiencia en
empleo de los recursos públicos en inversiones productivas y transparentes,
para el logro de un crecimiento sostenido y el desarrollo integral nacional.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 18 de febrero
de 2017