El pasado día 2
personal de limpieza de la comuna de Barranco encontró esparcidos en la orilla
de la playa Barranquito, más de 300 tubos para tomas de muestra de sangre para
análisis (muchos rotos) con desechos de sangre humana impregnada que podría
contener microorganismos patógenos y haber provenido de muestras con infecciones
peligrosas (tuberculosis, hepatitis B y C, difteria, sida etc.) representando
un grave atentado contra la salud pública y medio ambiente.
Dichos residuos
biocontaminados provenían del laboratorio clínico Blufstein Anduaga, el cual
argumenta que uno de sus empleados sustrajo estos tubos usados, sin embargo
acepta que dicha área no era restringida, demostrando grave responsabilidad ya
que la zona donde se generan residuos sanitarios de riesgo deben ser ambientes
restringidos y observar medidas extremas de manipulación, recojo (tachos
especiales y bolsas de polietileno de alta densidad sin costuras de color rojo
con rótulos especiales) y tratamiento para su transporte y eliminación. Este
grave atentado contra la salud pública debe ser investigado y sancionado de
acuerdo al Código Penal entre 4 a 6 años de cárcel, por arrojar residuos
biocontaminados en espacios públicos.
Existe amplia
normatividad respecto a uso de residuos de establecimientos de salud, desde la
Ley N° 27314 General de Residuos Sólidos (2000), su reglamento (2004) aprobado
con DS 057-2004 PCM, modificatoria a la ley (2008), Plan Nacional de Gestión (2010)
y norma técnica de gestión y manejo (2012), según la cual hospitales, clínicas
y laboratorios están obligados al manejo y tratamiento de residuos
biocontaminantes empleando infraestructura adecuada y personal debidamente entrenado,
equipado, y capacitado, hasta su entrega, con el manifiesto correspondiente a
una empresa prestadora de servicios de residuos de salud (autorizada por el
Ministerio de Salud) que los transporte a un relleno sanitario especial
empleando procedimientos específicos.
Bajo este
panorama, tanto en residuos sanitarios sólidos y particularmente en peligrosos
debería existir mayor control y fiscalización del Ministerio de Salud en
hospitales, centros de salud y laboratorios. Ya hubieron casos en años
anteriores de desechos en la vía pública, ríos, canales de riego o botaderos no
autorizados, e inclusive en junio de 2013 fueron descubiertos en una vivienda
de Puente Piedra más de 3 toneladas de residuos seleccionados en sacos para
lavarlos y reciclarlos (jeringas descartables, guantes quirúrgicos, máscaras de
nebulización) y nunca se descubrió de que hospital, centro de salud o
laboratorio fueron desechados.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 12 de marzo de 2016