Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

EL CONTRABANDO VULNERA NUESTRAS FRONTERAS


El contrabando echó sus raíces en el Perú hace 40 años (década del 70) y año tras año sigue incrementándose. Según la Sunat, anualmente ingresa contrabando por más de US$ 500 millones (cifra que superaría US$ 1,500 millones por su valor de venta) y los decomisos son relativamente mínimos. Alrededor de 75% del contrabando ingresa desde Bolivia hasta Puno por la frontera sur, conocida como “el paraíso del contrabando”. El 70% de la población puneña se dedica al comercio, especialmente informal.

Desde 1998 una inmensa organización delincuencial conocida como “culebra”  traslada continuamente toneladas de contrabando en convoyes en fila de 50 a 100 trailers, camiones y buses –con gente armada– recorriendo 170 kilómetros de noche y madrugada desde Bolivia –por el norte del Lago Titicaca– ingresando a Puno por Tilali o Ninantaya, pasando por Moho, Huancané y Toraco, hasta Juliaca, ruta con mínima vigilancia por falta de comisarías, vehículos, personal y logística (según la División policial de Juliaca, se necesitarían 2,000 efectivos para intervenirlos). Además existe gran contrabando tipo hormiga que ingresa a Puno por la zona sur de Desaguadero y Kasani, por donde también sale hacia Bolivia (por burriers) 80% de droga producida en nuestra selva de Sandia, Carabaya y parte del Vraem.   

En la frontera norte es impresionante el contrabando de gasolina, gas y petróleo desde Ecuador (4 veces más baratos que en Perú). Diariamente grupos delincuenciales ingresan por las fronteras de Tumbes y Piura hasta por 7 rutas –desde Machala pasando por Aguas Verdes y Huaquillas– trasladando unos 35 mil galones de petróleo, 15 mil de gasolina y 400 balones de gas licuado.

Bajo este panorama, hace décadas el contrabando actúa impunemente vulnerando nuestras fronteras, afectando el desarrollo económico y estabilidad del país, y perjudicando la industria y el comercio nacional (según la Sociedad Nacional de Industrias anualmente el Estado deja de percibir US$ 400 millones y la empresa formal pierde US$ 1,900 millones).

Para disminuir el contrabando es imprescindible, además de aumentar los controles y operativos, erradicar la corrupción y aplicar la ley. Desde hace casi 11 años la Ley 28008 de Delitos Aduaneros (jun.2003) señala penas privativas entre 5 y 8 años por contrabando, sin embargo, a pesar de su gravedad y magnitud en nuestro país, solo se conocen casos de incautaciones o multas, más no así de encarcelamiento por este execrable delito.   


Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 1 de marzo de 2014

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