
Son realmente sorprendentes las diferencias de criterios ecuatorianos sobre la demanda peruana en la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ). El presidente Correa manifestó en mayo de 2007 que el Perú les quería imponer la bisectriz como delimitación marítima a Ecuador y Chile, sin embargo, el mes pasado dijo que respetaba la decisión soberana del Perú de acudir a la CIJ y que ese tema se circunscribe a “dos países amigos y hermanos”. En enero del presente año, el embajador de Ecuador en el Perú, Diego Ribadeneira, manifestó que su país se apartará del pleito limítrofe entre Perú y Chile, sin embargo, la Canciller María Salvador fue tajante en afirmar que su país considera que los documentos de 1952 y 1954 son tratados fronterizos que fijan los límites marítimos firmados entre tres países.
El programa del presidente ecuatoriano en Chile incluye su asistencia a los Astilleros Asmar, donde actualmente se refaccionan las fragatas “Lynch” y “Condell” que les serán donadas y donde se efectuará el recorrido integral a sus submarinos. Además, su participación en el acto de celebración de dos años de gobierno y una visita a la Antártida y, como evento central –coincidentemente a dos días de la primera reunión de los equipos legales de Perú y Chile en la CIJ– la suscripción de una declaración presidencial conjunta ratificando los instrumentos de 1952 y 1954, en claro apoyo a Chile. A pesar que los dos países niegan dicho apoyo, son esclarecedoras las declaraciones del diputado chileno Jorge Tarud: “ambos gobiernos están en absoluta coordinación para hacer respetar el derecho internacional”.
En este contexto, sobre la base de esta “posición espejo” y como parte de su estrategia de defensa en la CIJ, Chile propicia la intervención de Ecuador en el proceso bajo el argumento que éste, como tercer Estado signatario y no demandado, respalda plenamente su tesis de validar la demarcación marítima a través del paralelo, la cual, en el caso Perú-Chile –que es diferente a la situación Perú-Ecuador por la presencia de islas– se contrapone frontalmente con el principio de “equidad” que postulan el derecho internacional y las relaciones internacionales.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 8 de marzo de 2008