Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

DEMANDA MARÍTIMA BOLIVIANA Y POSICIÓN DEL PERÚ

El día 4 de noviembre, durante la Cumbre Iberoamericana en Montevideo, se reunieron el presidente de Bolivia, Evo Morales, y la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, acordando retomar las conversaciones referentes a la demanda boliviana para su salida al mar. Para tal fin han conformado una comisión bilateral presidida por los vicecancilleres de ambos países, la cual se reunirá el 27 de este mes en Iquique.

A pesar de la cautela con que Chile y Bolivia están tratando este asunto bilateral, según la prensa chilena, nuestro canciller José García Belaunde “irrumpió” en el tema al decir en una entrevista a la agencia EFE que el Perú no sería un “obstáculo” en la salida al mar de Bolivia, aún cuando pase por territorio que antes le perteneció a su país, añadiendo que “nos gustaría que la relación entre Chile y Bolivia se normalice y sea lo más fluida posible”. Esta posición de compromiso de la política exterior peruana con la demanda marítima boliviana ha sido reiterada por nuestro canciller, en forma indebida e innecesaria, hasta en cuatro oportunidades en un período de tres meses.

Debido a que el Tratado de 1929 firmado entre Chile y Perú dispone la consulta de Chile a nuestro país sobre cualquier tipo de cesión de un territorio que fue peruano, el canciller García Belaunde ha remarcado que el Perú condicionará su aprobación al respeto de los derechos y servidumbres que tenemos en el puerto de Arica en virtud a dicho tratado. Sin embargo, no lo ha condicionado a una previa solución de la controversia limítrofe que tenemos con Chile.

Del análisis del desarrollo de los acontecimientos se puede deducir que, en contra de nuestros intereses nacionales, el gobierno y la cancillería no han conceptuado la inseparable relación geopolítica y estratégica que existe entre ambas demandas. De concretarse la salida al mar de Bolivia la vía más probable sería a través de un corredor terrestre por el norte de Arica, el cual desembocaría directamente hacia el territorio marítimo de 35,000 Km2 que nos pertenece y que Chile está usufructuando desde hace más de 50 años, con lo cual estaríamos capitulando a nuestra justa demanda de suscribir un tratado equitativo de límites marítimos con ese país.

Cuando se trata de decisiones importantes y trascendentes, el pragmatismo y el manejo inteligente y coherente debiera ser el rasgo más relevante de nuestras relaciones internacionales. Nuestra política exterior debe sustentarse en objetivos concretos y estrategias adecuadas que estén orientadas fundamentalmente a la defensa de nuestros intereses nacionales.

En consecuencia, la posición del Perú sobre la salida al mar de Bolivia debe estar estrictamente supeditada a la solución de la delimitación marítima con Chile.

Publicado en el diario EXPRESO, fecha 11 de noviembre de 2006

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