El
día de mañana, 28 de julio, rendiremos homenaje a nuestra patria por el 203° aniversario
de la independencia nacional, proclamada en 1821 por el generalísimo José de
San Martín en la Plaza Mayor de Lima, magno acontecimiento que nos otorgó
autonomía, independencia y libertad, y que nos lleva a reflexionar sobre
nuestra actual situación política, que, a pesar de ser esencial en nuestra
existencia, en 203 años no ha podido constituirse en parte integral del país
para alcanzar el desarrollo de una sociedad justa y equitativa, desde la
economía, hasta la educación, salud, seguridad, estabilidad, igualdad y
justicia, por el contrario, en general, ha operado en función de intereses
personales o partidarios en detrimento de nuestra sociedad.
En este aspecto, lamentablemente en nuestro país
existen demasiados políticos que actúan solo por conveniencia e interés y
buscan en la política un medio esencial de vida tratando de mantener el poder
para copar espacios y cargos que inexorablemente, en el tiempo, se transforman
en grandes focos de corrupción, como un sistema enquistado, las
trapacerías que se producen en el ámbito político por corrupción y falta de
ética, amparadas por el poder, tienen un profundo impacto negativo sobre nuestra
sociedad porque frivolizan la función pública, disminuye la calidad de la
política y bloquea el camino hacia el desarrollo.
Otro grave problema político es el transfuguismo
congresal que actualmente se encuentra en su máxima expresión (90 congresistas
cambiaron de partido desde julio 2021), debilitando nuestra precaria
institucionalidad y la credibilidad del sistema político; este
comportamiento significa el falseamiento de un político al cambiarse del
partido con el que logró una curul esgrimiendo cualquier motivo, discrepancias
ideológicas y programáticas, principios democráticos, etc., demostrando falta
de lealtad, ética y compromiso partidario.
Todo este drama político que nos agobia, se agrava
por el debilitado sistema de partidos políticos, la mayoría sin cohesión
ideológica, programática, identificación, integración, representación, sin
cultura política, de ética y valores, predominando la demagogia y provecho
personal o partidario. Las nuevas normas electorales aprobadas en el Congreso,
reduciendo requisitos de inscripción de partidos, sin primarias abiertas y sin
barreras, ha creado un inaudito incremento para las siguientes elecciones
generales de 31 partidos inscritos y 24 en proceso de inscripción.
Bajo este panorama nuestro
oscuro futuro como país solo se aclarará cuando los políticos entiendan que la
actividad política es esencialmente humana y civilizadora, un quehacer social
cuyo principal fin es alcanzar, mediante patrones de acción y organización, el
bienestar de la sociedad, el logro del bien común y el fortalecimiento de una
estructura de virtudes y valores públicos, dejando de lado todo interés
personal o partidario por conveniencia.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 27 de julio de 2024