Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

NUESTRA PRECARIA INSTITUCIONALIDAD DEMOCRÁTICA



 

Los peruanos estamos consternados por lo que viene sucediendo desde hace algún tiempo en nuestro país debido a la ineptitud, incapacidad, incompetencia y casos de corrupción de determinados integrantes de nuestros representantes del Gobierno, Congreso, Poder Judicial, además, de los Partidos Políticos, ya que son instituciones que conforman los pilares de la institucionalidad democrática, lamentablemente, éstas, se encuentran fuertemente desacreditadas y con casi total desconfianza y desaprobación de la ciudadanía.

 

Los últimos gobiernos, y particularmente, el actual de Castillo y Boluarte, con casos de corrupción, han y siguen demostrando falta de liderazgo, poca capacidad institucional de gestión para reducir la informalidad económica y laboral, para mantener la ley, el orden y seguridad ciudadana, menos aún, para brindar educación, salud, empleo, infraestructura pública y proveer de servicios básicos a los más pobres, asimismo, el Congreso, con insostenible fragmentación por transfuguismo, blindajes, enormes intereses personales y partidarios y falta de capacidad para equilibrar, contrarrestar y fiscalizar las acciones del gobierno, también el Poder Judicial, se manifiesta con una administración de justicia de muy baja calidad y falta de transparencia, y, los partidos políticos, exhiben una grave crisis de representatividad, carente de formación y renovación de cuadros, alejados del interés mayoritario, escasa credibilidad, y casi nula identificación con la ciudadanía.

 

Todo lo indicado anteriormente demuestra que nuestras principales instituciones, políticas y judiciales, no tienen un buen funcionamiento, ni la calidad, ni capacidad, para hacer más eficiente la acción del Estado, sin planificación ni gestión, sin meritocracia ni profesionalismo; los escándalos de corrupción, abuso del poder e ineficiencia, inciden en el incumplimiento de garantizar los derechos de la sociedad, debiendo, por el contrario, ser soporte o cimiento para organizarla, representarla y protegerla; por tal motivo, el deterioro institucional y nuestra democracia se encuentran en crisis.

 

Bajo este panorama, la vida política democrática es ordenada por las instituciones, los países progresan y se desarrollan en función de su calidad y solidez. La comunidad política es una configuración de instituciones organizadas donde ocurre la gobernanza y elaboración de las políticas públicas que garanticen la gestión eficaz del Estado y representen el potencial de crecimiento y desarrollo del país. Es prioritario el fortalecimiento, estabilidad y mejora de todas las instituciones del Estado incluyendo los gobiernos regionales y locales, organismos de control y reguladores. Para que nuestro desarrollo político, social y económico sea justo, equitativo, sostenible y de largo plazo, requerimos de instituciones transparentes, honestas, eficientes, eficaces, y predecibles, así, podremos tener confianza en el futuro y continuar el camino al progreso y desarrollo de nuestra Patria.

 

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 6 de abril de 2024

 


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