Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

EL PEOR DERRAME DE PETRÓLEO EN NUESTRO MAR Y LAS MENTIRAS DOLOSAS DE REPSOL




El pasado sábado 15, entre 5:18 y 5:25 pm, se produjo un grave derrame de petróleo en el mar de Ventanilla (6,000 barriles = 950,000 litros) que avanza en la costa (Callao, Chancay, Huaral y Huaura) 7 km de océano y 2 km de playa, 2 áreas naturales, miles de aves y peces muertos, 21 playas cerradas y 1,500 pescadores perjudicados. Este desastre se originó durante una descarga de petróleo del buque tanque “Mare Doricum” (150,000 toneladas) hacia la Refinería La Pampilla, dicho buque se encontraba amarrado y asegurado en el terminal portuario multiboyas N°2 con 5 boyas de amarre con ganchos especiales para que soporte olas de 3 m de altura.

 

La gerencia de comunicaciones de Repsol rápidamente presentó una serie de mentiras dolosas, primero explicaron que no son responsables del derrame, ni del desastre ecológico, porque fue ocasionado por oleajes anómalos que no  existieron, ni siquiera había viento para que navegue un velero, confirmado por el velerista Alec Hughes, que además escuchó 2 ruidos metálicos fuertes; siguieron mintiendo al asegurar que avisaron inmediatamente a las autoridades competentes, cuando recién lo hicieron 5 horas después a la OEFA y al día siguiente a Osignermin; mintieron dolosamente asegurando que pararon la descarga a 5:25 pm. produciéndose un “derrame limitado” de 0.16 barriles (7 galones) ocupando solo 2.5 m2; mintieron también asegurando que inmediatamente aplicaron un plan de contingencia, empleando buzos y barreras flotantes, lo cual nunca sucedió.

 

Pero la peor cara la presentó Repsol al querer involucrar a nuestra Marina de Guerra aduciendo que debió avisar sobre oleajes anómalos después del Tsunami de Toga, sin embargo, de acuerdo a la información del Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC) los oleajes no incidieron con mayor relevancia en nuestra costa. El mismo presidente de Repsol Perú, Jaime Fernández, reconoció que “la reacción fue tardía y no fueron conscientes de la magnitud del derrame”, aunque también miente asegurando que “algo extraordinario pasaba en las aguas”, cuando el mar estaba calmo y sin viento.

 

Bajo este panorama, la responsabilidad es absoluta de Repsol (hasta el capitán del petrolero, Giácomo Pisani, acusa a esta empresa de irregularidades), en el manual de operación Repsol (Termar-01) que registra normas, procedimientos y regulaciones de seguridad y prevención de contaminación, dispone que si el loading master de turno de Repsol (quien debió estar a bordo con el Capitán del buque) consideraban condiciones anómalas del mar, deberían haber suspendido totalmente y de inmediato las operaciones de descarga, lo cual hubiera evitado esta catástrofe de daños irreparables en el mar y la costa peruana.

 

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 29 de enero de 2022

 

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