Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

INDUSTRIA FORESTAL Y REANUDACIÓN DE ACTIVIDADES


El pasado día 3, dentro del marco de la declaratoria de emergencia sanitaria nacional, con Decreto Supremo 080-2020-PCM se dispone la apertura de actividades, entre ellas la industria forestal maderable y no maderable (estos últimos frutos, castañas, ecoturismo, etc.) lo cual es importante por ser un sector económico no tradicional no explotado en su real dimensión. Desde hace décadas, cuando se plantean planes de desarrollo nacional, el sector forestal es considerado como uno de los principales medios de impulso de nuestra economía, recurrentemente se le denomina “motor de reactivación de la economía peruana”.

Pero ¿cuál es la situación de este importante sector? Desde hace décadas se ha desaprovechado nuestras riquezas forestales con mínimo nivel de potencial explotado, el 57% del territorio nacional es superficie boscosa y abarca 70 millones de hectáreas de bosques naturales, de los cuales hasta 30 millones de hectáreas posibilitan actividades maderables y pueden concesionarse y reforestarse, sin embargo, hace 18 años se concesionaron 10 millones de hectáreas con fallas de gestión, planificación y organización y actualmente 8 millones de éstas no funcionan o fueron abandonadas lo cual favorece la deforestación por tala ilegal (tasa anual 110,000 hectáreas) o agricultura migratoria (actualmente ocupa más de un millón de hectáreas). Increíblemente no contamos con una cifra oficial de madera extraída y comercializada ilegalmente pero Serfor calcula que 40% de madera que producimos es ilegal, otras evaluaciones estiman dicha ilegalidad entre 60% y 80%.

La industria forestal podría contribuir hasta con 5% a nuestro PBI sin embargo actualmente solo lo hace con 0.17%, además, podría generar un comercio de productos maderables y no maderables por más de US$.30,000 millones, pero actualmente exportamos solo US$ 180 millones; Chile con menos de la cuarta parte de superficie de bosques que Perú exporta anualmente US$.6,000 millones, y para colmo, nuestro mercado nacional importa su madera para mueblería, construcción, decoración y otras actividades.

Bajo este panorama, en los últimos años existen muchas propuestas para evitar la tala ilegal maderera y para mejorar la capacidad competitiva y reactivación de  la economía forestal, sin embargo, la situación del sector no mejora en nuestra Amazonía, se incrementa la tala y la minería ilegal, la agricultura migratoria y los cultivos ilícitos de coca, generando círculos viciosos de corrupción, delincuencia, pobreza y depredación del recurso forestal, además, socava el aprovechamiento sostenible de nuestros bosques tropicales afectando los ecosistemas amazónicos y agravando el problema del calentamiento global

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 9 de mayo de 2020

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