Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

III CONGRESO DE ÁREAS PROTEGIDAS DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE


Entre los días 14 y 17 de este mes nuestro país fue sede del tercer Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe (III Caplac) organizado por el Ministerio del Ambiente (Minam) y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp). El objetivo del Congreso fue promover, fortalecer y renovar la gestión de las áreas protegidas de los países frente a las necesidades actuales y futuras, cumplir compromisos internacionales para conservación de áreas protegidas y de la naturaleza para bienestar y desarrollo sostenible.

Lamentablemente los temas políticos y de corrupción en nuestro país han opacado este importante Congreso de trascendencia internacional (2,700 participantes de 33 países) pasando casi desapercibido a pesar que el Gobierno peruano lo declaró de interés nacional (RS-026-2019-Minam) y el presidente Vizcarra inauguró el evento. La declaración final del III Caplac arrojó trascendentes compromisos de los países para mejorar la gestión de áreas protegidas e implementar estrategias de conservación para frenar la pérdida de biodiversidad y recuperar lo perdido, garantizando el desarrollo, bienestar, salud, expresiones culturales y la vida.

En nuestro país estamos muy lejos de lograr los acuerdos suscritos. A pesar que contamos con 158 áreas protegidas (16.93% de territorio nacional equivalente a 22 millones de hectáreas) divididas en parques nacionales, reservas nacionales y comunales, santuarios nacionales e históricos, reservas paisajísticas, bosques de protección, refugios de vida Silvestre y cotos de caza, sin embargo tenemos temas muy críticos que nos impiden mejorar la gestión con adecuadas estrategias de conservación de dichas áreas tales como la minería ilegal, tráfico de tierras, cultivos de coca, narcotráfico, tala ilegal, deforestación, delitos que han llegado a muchas zonas de amortiguamiento, en otras han ingresado y algunas se encuentran acorraladas, casos puntuales son las áreas naturales Sierra del Divisor, Cordillera del Cóndor, Huascarán y las reservas Bahuaja Sonene y Tambopata.

Bajo este panorama, solo durante 2018 creamos doce nuevas áreas protegidas con un proceso relativamente sencillo, pero el principal problema es su protección. Para la Procuraduría Especializada en Materia Ambiental, la mayor dificultad es la preservación, a pesar de inmensas extensiones debemos ser el país con menos guardaparques para cuidarlas y controlarlas. Lo expuesto y lo acordado en la III Caplac, refuerza la urgente necesidad en nuestro país de implementar acciones conjuntas de los tres niveles de gobierno (central, regional y municipal) que asegure la gestión de biodiversidad, conservación y provisión de servicios ecosistémicos de nuestras áreas protegidas.

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 26 de octubre de 2019

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