Hace 9 años (mayo
2010) nace el proyecto Hidrovía Amazónica, el más importante para enlazar los
puertos amazónicos, cuando el Ministerio de Transportes le encargó a
ProInversión ejecutar el proceso, este proyecto comprende la construcción de canales
de navegación de 56 metros de ancho y 1.8
de profundidad, en una extensión de 2,687 kilómetros sobre partes de los ríos
Ucayali, Huallaga, Marañón y Amazonas, ProInversiòn contrató al consorcio
argentino-peruano EIH-H&O para la
elaboración del estudio de factibilidad siendo aprobado en diciembre 2012 (RS.076-2012-EF)
abarcando el dragado de unos 3 millones de m3 de arena, sedimentos, rocas y
otros materiales, apertura en pasos de los ríos, señalización, y su operación y
mantenimiento, inicialmente representaba una inversión de US$.64
millones aumentando hasta US$.95 millones 5 años después cuando se firmó la
concesión (setiembre 2017) con el Consorcio chino-peruano Hidrovía Amazónica (Cohidro), además, dicha valoración no
comprende los costos sociales y ambientales.
Desde su
inicio fue mal conducido por ProInversión con prórrogas recurrentes, varios diseños
de contratos, retrasos y cambios de fechas en aperturas de sobres y otorgación
de buena pro, falta de comunicación de bondades del proyecto a pobladores de la
zona (424 comunidades nativas de 14 etnias), falta de visión sobre la consulta
previa, y diferentes viajes de funcionarios por el mundo para atraer postores.
Actualmente
el proyecto presenta serios cuestionamientos, en marzo pasado el Servicio
Nacional de Certificación Ambiental (Senace) rechazó el pedido de
reconsideración del Estudio de Impacto Ambiental (EIA). Según un estudio de la Universidad
de Ingeniería y Tecnología (UTEC) el dragado del lecho fluvial en los 4 ríos generaría
impactos negativos sobre hábitats y ecosistemas de la selva, alterando los
cuerpos de agua y su velocidad, afectando los patrones de inundación, erosión
de las márgenes, transporte de sedimentos y formación de islas y canales, lo
cual debería profundizarse en el EIA.
Bajo este
panorama, desde la firma de la concesión (setiembre 2017) se preveía que el EIA
y de ingeniería estarían terminados en setiembre 2019 y la primera etapa de la
Hidrovía en 2020, lo cual es imposible. El
gobierno debería poner mayor atención a este
importante proyecto para la intercomunicación entre poblaciones amazónicas
actualmente limitadas en su desarrollo por existencia de restricciones navegables. Asimismo, la Contraloría General de
la República debería realizar una acción de control a este proyecto que ha representado enormes gastos al país
producto de una mala gestión de ProInversión.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 20 de aril de 2019