
A pesar de la cautela con que Chile y Bolivia están tratando este asunto bilateral, según la prensa chilena, nuestro canciller José García Belaunde “irrumpió” en el tema al decir en una entrevista a la agencia EFE que el Perú no sería un “obstáculo” en la salida al mar de Bolivia, aún cuando pase por territorio que antes le perteneció a su país, añadiendo que “nos gustaría que la relación entre Chile y Bolivia se normalice y sea lo más fluida posible”. Esta posición de compromiso de la política exterior peruana con la demanda marítima boliviana ha sido reiterada por nuestro canciller, en forma indebida e innecesaria, hasta en cuatro oportunidades en un período de tres meses.
Debido a que el Tratado de 1929 firmado entre Chile y Perú dispone la consulta de Chile a nuestro país sobre cualquier tipo de cesión de un territorio que fue peruano, el canciller García Belaunde ha remarcado que el Perú condicionará su aprobación al respeto de los derechos y servidumbres que tenemos en el puerto de Arica en virtud a dicho tratado. Sin embargo, no lo ha condicionado a una previa solución de la controversia limítrofe que tenemos con Chile.
Del análisis del desarrollo de los acontecimientos se puede deducir que, en contra de nuestros intereses nacionales, el gobierno y la cancillería no han conceptuado la inseparable relación geopolítica y estratégica que existe entre ambas demandas. De concretarse la salida al mar de Bolivia la vía más probable sería a través de un corredor terrestre por el norte de Arica, el cual desembocaría directamente hacia el territorio marítimo de 35,000 Km2 que nos pertenece y que Chile está usufructuando desde hace más de 50 años, con lo cual estaríamos capitulando a nuestra justa demanda de suscribir un tratado equitativo de límites marítimos con ese país.
Cuando se trata de decisiones importantes y trascendentes, el pragmatismo y el manejo inteligente y coherente debiera ser el rasgo más relevante de nuestras relaciones internacionales. Nuestra política exterior debe sustentarse en objetivos concretos y estrategias adecuadas que estén orientadas fundamentalmente a la defensa de nuestros intereses nacionales.
En consecuencia, la posición del Perú sobre la salida al mar de Bolivia debe estar estrictamente supeditada a la solución de la delimitación marítima con Chile.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 11 de noviembre de 2006