Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

GEOPOLÍTICA GASÍFERA REGIONAL

El consumo de gas natural (GN) en la región crece cada año a un ritmo de entre 7% y 8%, principalmente en Argentina, Brasil y Chile. Los requerimientos comenzaron en la década de los 50, pero recién en 1972 se construyeron los primeros gasoductos para unir Bolivia con Argentina y posteriormente con Brasil. A través de estos, Bolivia, con su reserva de 48 trillones de pies cúbicos (TCF), le suministra a Brasil 28 millones de metros cúbicos diarios (Mmcd) y a Argentina 7.7 Mmcd, sin embargo, el gobierno quiere aumentar los precios por considerarlos injustos (a Brasil le cobra US$ 3.23 por millón de BTU y a Argentina US$ 3.18).
A su vez, Argentina cuenta con una reserva de 26 TCF, pero requiere importar adicionalmente de Bolivia ya que el 51% de su matriz energética funciona con este carburante; sin embargo, en forma contraproducente, desde 1995, le exporta gas a Chile por un Protocolo de Interconexión firmado entre ambos países. Hasta el 2004 le estaba suministrando 22 Mmcd, pero por presiones políticas y garantías de suministro interno lo ha restringido a la tercera parte, afectando la parte industrial de Santiago.

Para Chile el tema energético es muy grave porque no cuenta con reservas de gas y el abastecimiento de energía eléctrica en su mercado interno depende en un 32% de su importación. Esta situación, que les causa una sensación de pánico, los obliga a debatir una reforma eléctrica con el argumento de “seguridad nacional” por su dependencia, considerando alternativas como el gas natural licuado (GNL) pero es muy costoso y el suministro empezaría recién el 2009. En esta situación, Bolivia no niega la posibilidad de exportar gas a Chile, pero, de una u otra forma, lo asocia con su salida al mar, a pesar de que el gobierno chileno, inicialmente con cierta apertura, últimamente ha reiterado que no le cederá un ápice de su territorio.

El proyectado “anillo energético” con participación de Argentina, Chile, Perú y Uruguay, que consideraba la construcción de un gasoducto de 1,200 km desde Pisco hasta Tocopilla, está paralizado porque fue concebido sobre la base de la reserva de gas del Perú (11 TCF), que sólo cubre los compromisos de exportación con México y su consumo interno.

Por su parte, Venezuela, que tiene las mayores reservas de la región (148 TCF), en enero del presente año, junto con Argentina y Brasil presentaron un proyecto del “gasoducto del sur” de 8,000 km de longitud que recorrería desde Puerto Ordaz en Venezuela hasta Argentina, atravesando Brasil. Su costo sería de US$ 20,000 millones, pero su construcción duraría más ocho años. El presidente boliviano acaba de confirmar la participación de su país en este proyecto junto con Paraguay, Uruguay y Venezuela, en marcada controversia con su ministro de la Presidencia, quien aseguró que no le da crédito a este faraónico proyecto que competiría con el gas que Bolivia vende a Argentina y Brasil.
Todo este panorama de requerimientos y contradicciones ha puesto en alerta a los países de la región, temiéndose que pueda presentarse una crisis energética en el corto o mediano plazo.

Publicado en el diario EXPRESO, fecha 13 de abril de 2006

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