Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

GASTOS SECRETOS DE CHILE PARA DEFENSA

En su edición del 3 de octubre, el diario EXPRESO informó sobre la utilización de gastos secretos del gobierno de Chile en la adquisición de armamentos para el sector Defensa, los cuales, según el propio diputado chileno Jorge Burgos superarían los US$ 4,000 millones.

Esta historia de la desbocada y desenfrenada adquisición de armamentos usando exorbitantes cantidades de miles de millones de dólares se inicia hace más de 10 años, en 1995, durante el gobierno de Eduardo Frei, cuando Chile de acuerdo a sus planes estratégicos de seguridad y defensa nacional apuntaba a que las FF AA logren, para su bicentenario en el año 2010, la supremacía del Pacífico, con la adquisición de unidades de combate ofensivas de última tecnología, muy sofisticadas y modernas, especialmente en aviones de combate y transporte, fragatas, submarinos, tanques y blindados.

Es así que en 1996 inició el proceso de una carrera armamentista sin precedentes solicitando a EEUU especificaciones técnicas de los aviones de caza F/A-18 y F-16. El 1° de agosto de 1997, el presidente estadounidense Bill Clinton anuló la Directiva Presidencial 13 (PD-13) 1977 del gobierno de Jimmy Carter, levantando una prohibición de 20 años que bloqueaba la venta de tecnología militar avanzada en nuestra región. Con esta apertura, el gobierno chileno ha podido adquirir los 10 modernos aviones de combate F-16 de la firma Lockheed Martin y recientemente, los 20 misiles Harpoon del fabricante Boeing Co. para sus Fragatas Misileras. De igual forma, en 1997 el gobierno chileno firmó el contrato, con el consorcio franco-español IZAR-DCN, por la compra de 2 submarinos tipo Scorpene. Posteriormente han adquirido, entre otros, 4 fragatas inglesas, 4 holandesas, 2 patrulleras y vehículos blindados para el Ejército.

Datos oficiales nos indican que aparte del presupuesto de Defensa anual que bordea los US$ 1,500 millones, el total de gastos de la Ley Reservada del Cobre en el gobierno de Frei (1994-2000) fue de US$1,547 millones y en el actual gobierno de Lagos (2000-2005) asciende a US$ 2,224 millones. Sin embargo, debido a que una gran parte de los gastos de defensa en Chile son secretos y no se deciden en el Congreso como en toda democracia, a esta contabilización reconocida por los chilenos habría que añadirle aquellos gastos secretos que por decisiones político-estratégicas, y sobre la base de la Ley 18445 no se conocen. Así tenemos que esta ley en su artículo 2° especifica que las entregas de fondos destinados al Consejo Superior de Defensa Nacional chileno se harán en forma reservada, se mantendrán en cuentas secretas y se contabilizarán en forma reservada y además su inversión se dispondrá mediante decretos supremos reservados exentos de toma de razón y refrendación, motivo por el cual se puede deducir que con los gastos secretos anuales que son financiados por el rendimiento periódico de las leyes del cobre en cuanto a adquisiciones, mantenimiento, repotenciamiento y reparaciones de las unidades, sistemas y equipos de combate así como armamento, los gastos de Defensa en Chile superan ampliamente los US$ 4,000 millones, y hasta podrían alcanzar cifras inimaginables.

Pero esto no es todo, el gobierno chileno, no contento con haber impulsado la mayor compra de armamento de los últimos años, y de haber ocasionado el desequilibrio de la estabilidad estratégica en la región, reconoce que aún tiene compras pendientes por autorizar, entre ellas, 28 aviones F-16 a Holanda o Israel, 100 tanques Leopard II, vehículos de transporte M-113, así como una cantidad no definida de helicópteros para las FF AA y los carabineros.
La carrera armamentista de Chile, bajo la sombra de EE UU, en el concierto latinoamericano genera el rechazo de los países vecinos y además plantea interrogantes y amenazas que no tienen respuesta y pueden terminar arrastrando a la región a una pesadilla que jamás imaginaríamos.

Publicado en el diario EXPRESO, fecha 15 de octubre de 2005

Número de Visitas

.

Artículos Publicados

.



princ